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martes, 7 de febrero de 2012

Nuestro último mensaje

Lo he comprendido al cerrar los ojos.

He comprendido que te has marchado, que te has marchado para siempre, que jamás volveré a oír tu voz ni a ver sus ojos, que todas esas oportunidades desperdiciadas que tuve de mostrar mi cariño nunca se repetirán… He comprendido que echaré de menos hasta que mi corazón no lata aquello que no he sabido valorar cuando lo he tenido entre mis manos, que lloraré dos veces al año durante toda la vida: El día en que naciste y el día en que te has ido.

Hoy, ahora, sola en la oscuridad exterior e interior, te pediría perdón una y mil veces por no haberte dicho cuánto te quería, por no haber sabido darme cuenta de que este día llegaría a pesar de que lo debería haber sabido, porque todos lo saben, porque no existe nada más natural que el sueño eterno… Acabo de perder el miedo a aquello que regresa de la muerte, sencillamente porque deseo, oh, y sólo mis semejantes pueden saber cuánto, que regreses de ese lugar misterioso del que todos hablan y nadie conoce, o al menos que ese lugar exista. Así, algún día, no sé bien cuándo, podré volver a ver tus ojos, volver a oír tu voz…


Nadia A.S

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